ante aquel amanecer.
Pensativo,
enamorado y contento
el suspiro de un ayer.
Sorprendido,
con el gesto envenenado,
vuestro amor desvanecido.
Alejado,
solitario y apresado,
con furia envilecido,
olvidado.
Anhelo de insatisfacción,
pesadilla de pasión,
despertar de desengaño,
desvelo de compasión.
Amor, sueño despierto
que amanece sin dolor,
muda al tañer el alba,
se marcha al salir el sol.
Raquel Fernández
Foto: Reino de Barataria |
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